sábado, 26 de septiembre de 2020

GUÍA EDUCACIÓN FÍSICA GRADOS: 3°, 4° Y 5°

 

GUÍA EDUCACIÓN FÍSICA  GRADOS:  3°, 4° Y 5°

(Semana para desarrollar: 28 de septiembre 2020 al 09 de octubre 2020)


Nuestro organismo es una máquina que está trabajando en todo momento, cuando nos despertamos y vamos a cepillarnos los dientes o cuando empezamos a desplazarnos para ir a cualquier lugar, nuestro cuerpo siempre está en trabajo. Incluso cuando dormimos.

¿Pero qué pasa con este maravilloso ser cuando realizamos actividad física?

La incidencia de la actividad física repercutirá en nosotros a través del tiempo, en nuestra niñez formará las bases de nuestro cuerpo para que este sea saludable y logre crecer armónicamente.
En la juventud y adultez temprana iremos fortaleciendo nuestros músculos y dependiendo del grado de actividad física que realicemos iremos mejorando nuestras habilidades físicas como son: la fuerza, resistencia, velocidad y flexibilidad.  
Ya en la vejez nuestro organismo será un cumulo de experiencias que expondrán físicamente nuestro cuerpo a la adaptabilidad del momento. Es decir, partiendo de los activos que llegamos a ser en nuestras edades anteriores tendremos respuesta del estado de salud y grado de movilidad que tendremos a futuro.
En comparación, el estado físico de persona anciana que en su juventud practico ciclismo, realizaba caminatas, salía a correr, nadaba o cualquier actividad física no es el mismo a un adulto mayor que creció en un ambiente sedentario sin poner mayor atención a la actividad física que pudo realizar cuando su cuerpo podía hacerlo.  
Por ello queridos estudiantes es importante que veamos la actividad física no como una obligación si no como un compromiso para disfrutar una vida plena y sana ya que todos en algún momento llegaremos a la vejez y el ideal es que podamos ser muy activos. 
Si bien la actividad física cuando es practicada correctamente (sin excederse y con una buena valoración e instrucción por parte de un profesional) genera muchos beneficios a nuestro ser integro ya que no solo aporta a nuestro cuerpo físico sino también a nuestra mente y razón. A continuación, veamos algunas incidencias de la actividad física en nuestro organismo. 



Corazón:

La actividad física mejora la capacidad del corazón para bombear la sangre a los pulmones y a todo el cuerpo, aumentando los niveles de oxígeno en la sangre.  Ayuda en la “reducción del riesgo coronario por mejoras circulatorias locales en el corazón, reducción de trombos y aumento de la potencialidad miocárdica.”

Los niños y niñas que son más activos físicamente tienen una mejor regulación cardiaca que los que no practican actividad física.

Músculos y huesos

La actividad física es crucial en la construcción y el mantenimiento de músculos y huesos fuertes. Ya que ayuda a liberar hormonas “que promueven la capacidad de los músculos para absorber los aminoácidos y eso, a su vez, les ayuda a crecer. A medida que las personas envejecen, tienden a perder masa muscular, lo que puede provocar lesiones y discapacidades.

Por otro lado, la actividad física ayuda a desarrollar la densidad ósea y previene la aparición de osteoporosis con la edad. Los deportes que implican impacto promueven una mayor densidad ósea que los deportes sin impacto como la natación y el ciclismo.”

 





Nuestra mente

 Si bien nuestra mente está en constante trabajo, las 24 horas del día, pero en menor actividad cuando dormimos. La actividad física logra una mejora en la función cerebral protegiendo la memoria y mejorando nuestras habilidades del pensamiento.

“Por otra parte, con el ejercicio y a cualquier edad el hipocampo (estructura vital para la memoria y el aprendizaje) aumenta de tamaño, lo que amplía la función mental en adultos mayores. Por último, se ha demostrado que reduce los cambios en el cerebro que pueden causar el Alzheimer y la esquizofrenia.”

Nuestra piel

La piel es el órgano más grande nuestro cuerpo, esta se encarga de proteger nuestro organismo de los factores externos como:  bacterias, sustancias químicas y la temperatura del ambiente. La actividad física contribuye a “aumentar la producción de los antioxidantes naturales de tu cuerpo que ayudan a proteger las células de la piel. Además, al estimular el flujo sanguíneo e inducir adaptaciones de las células de la piel, puede ayudar a retrasar la aparición de los signos del envejecimiento.”





Emociones

Nuestras emociones son decisivas en nuestra vida diaria, estas determinan nuestra aptitud frente a las situaciones que se van presentado en la cotidianidad. La actividad física logra mejorar nuestro estado de ánimo y disminuye los sentimientos de ansiedad, estrés o tristeza. 

 

Como vemos la actividad física contribuye en nuestro bienestar integral, por eso debemos comprometernos a que esta sea parte de nuestra vida, no dejando llevarnos por hábitos destructivos como es la pereza, ya que esta solo limita nuestros sueños y todo lo que podemos llegar a lograr.
 
Encuentra algún deporte o actividad física que te guste e involúcrala a tu vida, que logres crecer con él.
En la anterior guía no deberás, enviar ninguna evidencia. Léela junto a tus padres y reflexiona como la actividad física puede involucrarse tanto en la vida de cada persona que conviven tu hogar. Si tienes trabajaos atrasados, ponte al día. Recuerda que es nuestro último periodo del presente año escolar. 




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